Alegría por el empate conseguido, pero con sabor agridulce ya que el equipo rival nos empató en el último minuto. Como viene siendo habitual, no pudimos tener un once durante todo el encuentro con los que competir con igualdad frente a un rival que disponía de más efectivos. Desde el minuto veinticinco del primer tiempo jugamos con uno menos por lesión de Lolo.
Si ya desde el principio nos veíamos con problemas por el empuje del rival, desde ese momento las dificultades se agrandaron. Pero con orden y mucho sacrificio defensivo pudimos llevarnos la victoria. El equipo de Domingo Herrera dominaba pero no generaba peligro. Nino, nuestro portero, sólo tuvo que intervenir en salida y despejes porque nuestra defensa se impuso y no dio opción en ataque al rival. Terminó el primer tiempo con empate a cero y sin nada destacable en cuanto a oportunidades de gol. Mucho dominio del rival pero nuestra defensa, inconmensurable, desbarataba el ataque rival. Los “pizzeros” con balones en largo tampoco generaron peligro.
El segundo tiempo comenzó con la misma dinámica. Sin embargo, las contras del equipo de José Antonio empezaron a crear problemas en la defensa rival. En una de esos contraataques, Javier, fue derribado dentro del área. Penalti ejecutado, magistralmente, por Antonio y el uno a cero para el Guaya. Insistió más el equipo rival pero, tal como sucedió en la primera parte, con muy poco peligro. Sólo destacar un disparo al poste que pudo significar el empate. Con el tiempo casi cumplido Fran aprovechó un balón suelto en el área y logró el empate. Ya no hubo tiempo para más.
Destacar el compañerismo que estamos demostrando en estos últimos partidos. Es complicado jugar en inferioridad pero con unión, sacrificio y camaradería salimos contentos de los encuentros que, como los del sábado, sirven para unirnos. Excelente actitud y aptitud de todos. Arriba el Guaya.
"Ningún jugador es tan bueno como todos juntos". Alfredo Di Stéfano, ex futbolista.
Otra frase de regalo:
"Prometí al Rotterdam que le sacaría de Segunda División y lo hice: bajamos a Tercera." Tommy Docherty, ex entrenador escocés.
El chiste:
Un portero era tan malo que sus compañeros le habían dicho que si le metían más de diez goles, lo iban a fusilar (obviamente era una broma).
Entonces, el día del partido le meten más de veinte goles. Al ver esto sus compañeros lo amarran a un poste para fusilarlo y le dicen que pida el último deseo, entonces el pobre, muerto de susto dice:
¡Quiero una barrera!
Entonces, el día del partido le meten más de veinte goles. Al ver esto sus compañeros lo amarran a un poste para fusilarlo y le dicen que pida el último deseo, entonces el pobre, muerto de susto dice:
¡Quiero una barrera!